lunes, 31 de octubre de 2016

Trampa Cazabobos

Fernando Gerbasi


Una vez más nos vemos obligados a comentar el diálogo entre oposición y gobierno y lo hacemos porque pensamos que en las actuales circunstancias y tal como está planteado puede ser una simple trampa cazabobos.  No es que nos opongamos a él, pues nadie puede objetar el mecanismo más sensato que existe para encarar situaciones conflictivas y encontrar, de común acuerdo, soluciones a tales conflictos que satisfagan a todas las partes. Desde que existe la humanidad los hombres han dialogado. En la medida en que las sociedades han avanzado los mecanismos del diálogo se han perfeccionado.

No obstante, cuando se tiene en frente a un gobierno que aparenta ser democrático, porque realizan elecciones cuando le conviene  pero no las lleva a cabo cuando sabe que será derrotado, como sería el caso si se realizara el referendo revocatorio previsto en el artículo 72 de nuestra Constitución,   o rompe el hilo constitucional a través del TSJ, tribunales y el CNE,  entonces el diálogo no es posible. Y no es posible cuando los mediadores ya han tomado partido de antemano, como es el caso de los tres ex presidentes que el gobierno buscó para que actuaran como tales.

Si es verdad que la presencia del representante del Vaticano le da respetabilidad y credibilidad al diálogo, ello en si mismo no garantiza que el gobierno participe de buena fe, acate lo establecido en la Constitución, libere a los presos políticos, permita el regreso de los exiliados,   no continúe con la persecución política y busque soluciones reales a los ingentes problemas que confrontamos los venezolanos, pero por encima de todo, se comprometa a cumplir con lo establecido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y respete la renovación e independencia de los poderes públicos.

El Presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), Monseñor Diego Padrón expuso la visión y lo que espera la Iglesia del diálogo, “El diálogo no puede ser sustitución de un derecho del pueblo. No viene a enfriar al pueblo ni a quitarle la voluntad de revocar. El gobierno niega la crisis, esconde las colas que los venezolanos tienen que hacer, pero existen y se mantienen los mismos problemas”.


A través del diálogo el oficialismo lo que está fraguando es una política de sobrevivencia. Estamos conscientes que se oponen a la realización del referendo revocatorio porque saben que no solamente Maduro perderá la presidencia sino que también ellos perderán el poder. Por eso, deben llegar a toda costa al 10 de enero de 2017, fecha plazo impuesta por la Constitución – que en este caso si acatarían porque les conviene - cuando sí permitirían el referendo revocatorio ya que Maduro saldría pero su mandato lo culminaría el vicepresidente de la República. De esta manera ganarían tiempo hasta el 2019, tratando de recuperarse como fuerza política pero  con toda seguridad seguirían gestionando el caos como política de Estado y por lo tanto hundiendo, aún más, a Venezuela en la miseria y desolación.

Nos encontramos en un momento que nos llena de perplejidad. Frente a un oficialismo que sabe lo quiere y pretende, a una presión internacional favorable al diálogo pero que pareciera desconocer la realidad de lo que vivimos y prueba de ello fue el silencio  sobre la democracia en Venezuela que sostuvo la reciente Cumbre Iberoamericana en sus conclusiones, la oposición se presentó a la reunión del pasado 30 de octubre dividida y no adecuadamente representada y sin claridad de objetivos.

Si el liderazgo opositor continúa con las marchas y contramarchas, carente de una visión estratégica unitaria, perderá irremediablemente la credibilidad ante la ciudadanía y nos expondrá a innecesarias confrontaciones.

Cabe recordar una frase que le escuché en una oportunidad a un importante líder político brasilero, “La popularidad es como las olas del mar, va y viene, pero la credibilidad cuando se pierde, se pierde para siempre”.

31 de octubre de 2016.

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Publicado en: www.elcorreodelorinoco.com

domingo, 23 de octubre de 2016

Quiebre Constitucional en Venezuela





La suspensión de la realización del último paso para la convocatoria del Referendo revocatorio (RR) al Presidente Nicolás Maduro, constituye otro atropello a la Constitución y las leyes de la República  Jueces provisionales de la jurisdicción penal, designados a dedo, legalmente incompetentes para conocer casos de eventuales irregularidades en los procesos electorales, así lo decidieron con sospechosa simultaneidad.

Numerosas y reiteradas declaraciones y anuncios por parte de altos funcionarios del Ejecutivo, anticiparon las decisiones judiciales, revelando la autoría de la maniobra contra la consulta popular que demanda 8 de cada 10 venezolanos. El inmediato y sin asidero sometimiento a la decisión, por parte de las 4 rectoras del CNE, evidencia su participación en la componenda.

A sabiendas de que la celebración del RR este año conduciría necesariamente al fin de la presidencia de Maduro, el partido de gobierno hizo lo indecible para evitarlo. Desde hace 9 meses, han puesto todo tipo de obstáculos, echando mano de ardides legales, jurisprudenciales y procedimentales, para impedir su concreción.

Las fuerzas democráticas, sin embargo, no han cesado en su empeño de llevar adelante el proceso, sin dejar de lado su estrategia constitucional, democrática, electoral y pacífica. Una a una, las trabas puestas por el gobierno se fueron superando, a pesar de sus provocaciones e iniciativas tendentes a desmoralizar a un pueblo decidido a salir del gobierno de la mejor manera.

Prueba de todo ello la tienen la comunidad y la opinión pública internacionales, las cuales han sido permanentemente informadas de los pasos seguidos por la oposición democrática, todos conformes a la legalidad vigente y al talante pacifico pero firme de los venezolanos.

En la hora actual, vista la última de tantas jugadas inconstitucionales y antidemocráticas del gobierno, que lo muestra en su verdadera naturaleza dictatorial, prácticamente se están cerrando las vías constitucionales y pacíficas para conjurar la grave crisis política, económica y social que agobia al pueblo venezolano. 

Esta crítica y comprometida situación venezolana, atañe a la Comunidad internacional comprometida con los Derechos Humanos y con la democracia. Y a ella acudimos con creciente angustia por el previsible incremento de dificultades, mayores penurias para la población e ilimitado aumento de la represión, pero con la esperanza de superar todo ello con nuestra activa determinación y el apoyo internacional.

Es el momento de definiciones y de acciones efectivas. La legalidad internacional dispone de mecanismos que apuntan a la preservación no solo de la Democracia y la garantía de los derechos humanos, sino también de la seguridad colectiva.

El GRUPO ÁVILA, consciente de la delicada situación política y económica que estamos viviendo, y comprometido como está con el restablecimiento de la democracia y las libertades en nuestro país, hace un llamado a la Comunidad internacional, a sus instituciones y a todos los gobiernos democráticos del hemisferio y el mundo, para que estén atentos a los acontecimientos que puedan producirse en los días venideros.

Caracas, 22 de octubre de 2016 
El Grupo Ávila es una agrupación informal, compuesta por diplomáticos, analistas políticos, profesores universitarios e investigadores en las áreas de relaciones internacionales y las ciencias sociales, preocupados por el acontecer internacional y nacional.

jueves, 6 de octubre de 2016

El NO de Colombia

Fernando Gerbasi

El pasado 02 de octubre los colombianos le dijeron NO a los acuerdos de paz que pocos días antes, el 26 de septiembre, habían rubricado en Cartagena de Indias y ante más de 2.500 invitados, entre los cuales destacaban el Secretario General de las Naciones Unidas y varios Jefes de Estado, el Presidente Juan Manuel Santos y el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejercito Popular, FARC-EP, Rodrigo Londoño alias "Timochenko".

El triunfo del NO en el plebiscito por un 50,21% sobre un 49,78% del SÍ, fue una sorpresa total ya que todas las encuestadoras colombianas daban una ventaja bastante holgada al triunfo del SÍ.

Mucho se ha especulado sobre la alta abstención en este proceso electoral que alcanzó el 62,60%, sin duda la más elevada en los últimos 22 años ya que en la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 1994, la abstención alcanzó el  66,23%. El fenómeno abstencionista está bastante presente en la vida electoral colombiana, prueba de ello y a título de ejemplo son los datos concernientes a las primeras y segundas vueltas electorales en las elecciones presidenciales que ganó Juan Manuel Santos, tanto en 2010 como en 2014. En la primera vuelta del año 2010, la abstención fue de 50,73%, mientras que en la segunda se elevó a 55,65%. En el caso de las presidenciales de 2014 los datos son inversos, en la primera vuelta hubo una abstención de 59,90%, y en la segunda 52,03%. No obstante, no cabe duda que la abstención se pudo ver alimentada, en esta ocasión, por las encuestas que otorgaban un triunfo contundente al SÍ, lo que posiblemente influyo en muchos electores favorables al NO a abstenerse. Consecuentemente el NO hubiera ganado con un margen más amplio.

Como se esperaba que el SÍ ganara ampliamente el triunfo del NO, aunque por pequeño margen, fue en si mismo contundente; por el contrario, si el SÍ hubiera ganado con ese pequeño margen de diferencia  hubiera sido una victoria pírrica y los acuerdos de paz hubieran sido cuestionados políticamente de manera inmediata.

Cuando se visualiza el mapa electoral colombiano se constata que aquellas regiones que fueron más afectadas por el conflicto armado fueron las que más apoyaron el SÍ. Ello debe entenderse como un reacción natural y lógica frente a una guerra que dejó tantos muertos y afectó la vida económica, política y social de los habitantes de esas regiones. Ellos votaron a favor de la paz, conscientes de lo vivido en el pasado, las dificultades del presente y las esperanzas de un futuro mejor. No prevalecieron razones ideológicas en el voto ni a favor del SÍ ni a favor del NO.

Qué conclusiones se pueden sacar del resultado del plebiscito? Ellas son varias  y al enunciarlas no se establece un orden de prelación .

En primer lugar, se votó contra la impunidad, especialmente para aquellos que han cometido crímenes de lesa humanidad. Asimismo, contra la forma y manera cómo se convino la participación de la guerrilla en la vida política nacional. Para muchos las FARC no pueden tener un espacio político que no se merecen. También prevaleció el coste económico que la puesta en práctica significaba para el ciudadano de a pie que veía, como únicos beneficiarios,  a los guerrilleros. Por lo tanto,  los colombianos no votaron a favor de la guerra votaron a favor de la justicia, la libertad, la igualdad.

En segundo lugar, se constata que  una vez más las encuestadoras se equivocaron, como ocurrió con el referendo en el Reino Unido relativo al mantenimiento o no de ese país dentro de la Unión Europea (Brexit).

En tercer lugar, que el apoyo de la Comunidad Internacional, desde el Papa Francisco pasando por el Secretario General de la ONU, los Estados Unidos, países latinoamericanos y la Unión Europea, no son suficientes para sostener una causa nacional; la decisión siempre está únicamente en manos de los ciudadanos afectados tal como quedó demostrados en el Reino Unido con el Brexit  y ahora en Colombia.

En cuarto lugar, perdió el presidente Juan Manuel Santos que ve su mandato bastante debilitado al entrar en un período de incertidumbre en cuanto a la manera cómo debe conducir, de ahora en adelante, el proceso para no perder el impulso alcanzado hasta ahora.

En quinto lugar, pierden las FARC-EP porque siguen siendo amplia y mayoritariamente rechazadas por los colombianos. Exigieron demasiado partiendo de la tesis que se encontraban en una posición política de fuerza y si ahora quieren de verdad desmovilizarse, dejar las armas e incorporarse a la vida política, tendrán que hacer importantes concesiones.

En sexto lugar, el gobierno venezolano sale derrotado ya que el chavismo siempre ha apoyado a la guerrilla colombiana y ésta encontró en Chávez, y el socialismo bolivariano, una conjunción de intereses ideológicos. Además, al actuar como “facilitador de logística”, se convirtió en garante de la seguridad de los jefes y negociadores guerrilleros, permitiéndoles actuar desde el territorio venezolano y les facilitó sus desplazamientos.

En séptimo lugar, el gobierno colombiano manejo muy mal la relación con la opinión pública nacional durante todo el proceso negociador y por lo tanto no supo explicar lo que negociaba y mucho menos convencer. Además, los actos del 26 de septiembre en Cartagena de Indias, por prematuros contribuyeron a impulsar el NO.

En octavo lugar, queda demostrado que Álvaro Uribe sigue teniendo una gran ascendencia sobre el pueblo colombiano y su capacidad de liderazgo sale reforzada con los resultados del plebiscito.

En noveno lugar, Andrés Pastrana también sale fortalecido aunque en menor medida que Uribe; para muchos no fue fácil comprender su apoyo al NO cuando dedicó todo su gobierno a un proceso negociador con las FARC-EP que aunque fracasó dejó lecciones que directa o indirectamente fueron útiles al proceso adelantado en La Habana.

En décimo lugar, el triunfo del NO se ha convertido en una oportunidad para lograr un acuerdo aceptable para todos. Tanto el gobierno como los partidarios del NO así lo han comprendido. Por su parte las FARC-EP siguen apegadas, hasta ahora, a lo acordado en La Habana a lo que le dan un valor jurídico y de compromiso pero han declarado que la lucha continuará a través de la palabra (política) y no de las armas (la guerra).

En undécimo lugar,  la paz, como objetivo colectivo sólo se puede alcanzar a través de un gran acuerdo nacional. De ahí que sea sumamente positivo el encuentro entre el presidente Santos y los ex presidentes Uribe y Pastrana para definir una postura única negociadora frente a la guerrilla de las FARC-EP.

Finalmente hay que señalar que lo reciente de los resultados aún mantienen conmocionada la vida política colombiana y el clima que se respira es de incertidumbre por lo que afecta la capacidad de decisión de las partes involucradas. Habrá que esperar unas semanas para saber, con mayor exactitud, que rumbo tomará el camino hacia a la paz.

5 de octubre de 2016.

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