miércoles, 30 de marzo de 2016
martes, 8 de marzo de 2016
Un prisionero de consciencia
Fernando Gerbasi
A principios de 1961 el abogado inglés Peter Benesson, en
compañía de un pequeño grupo de colegas, académicos y escritores, lanzó una
campaña mundial - Llamado por una amnistía 1961- en favor de los prisioneros de
consciencia y su pronta liberación. Tal fue el apoyo masivo que recibió el Llamado
que la campaña se convirtió en una ONG, Amnistía Internacional, reconocida hoy
en día como la principal institución internacional defensora de los derechos
humanos, razón por la cual le fue otorgado, en 1977, el Premio Nobel para la Paz.
Ellos fueron los primeros en definir al
prisionero de consciencia, y lo hicieron de esta manera: «Cualquier persona a la que se
le impide físicamente (por prisión u otras causas) expresar (en cualquier forma
de palabras o símbolos) cualquier opinión que mantiene honestamente y que no
defiende ni justifica la violencia personal».
El 18 de febrero de 2014, el
líder político venezolano Leopoldo López fue encarcelado y acusado injustamente
del delito de asociación, instigación a delinquir, delitos de intimidación
pública, incendio a edificio público, daños a la propiedad y lesiones graves.
Otras personas, incluyendo cuatro inocentes estudiantes, fueron acusados al
igual que López con la clara intención de montar una patraña en su contra.
Leopoldo López fue condenado el 10 de septiembre de 2015, a 13
años, 9 meses, 7 días y 12 horas de prisión, en
una clara demostración de la absoluta falta de independencia e imparcialidad
judicial en Venezuela. Además, el juicio fue totalmente amañado, con base a
pruebas falsas y carentes de
credibilidad, como de ello dejó constancia ante la opinión pública
internacional, en el mes de octubre del mismo año, quien fuera su fiscal
acusador, Franklin Nieves.
A raíz de esta ignominia, la
directora para las Américas de Amnistía Internacional, Erika Guevara-Rosas declaró “Los cargos contra Leopoldo
López nunca fueron adecuadamente sustanciados y la sentencia de prisión en su
contra tiene una clara motivación política. Su único ‘crimen’ es ser líder de un
partido opositor en Venezuela.” Y luego agregó, “es un prisionero de
consciencia y debe ser liberado inmediata e incondicionalmente.”
El pasado 3 de marzo, en el
Círculo de Bellas Artes de Madrid, a iniciativa del prestigioso bufete español
de abogados Cremades & Calvo-Sotelo y ante una muy nutrida y acreditada
audiencia, se presentó el Manifiesto de juristas por los derechos humanos en
Venezuela, libertad para Leopoldo López. Este documento fue suscrito por más de
1.200 juristas de unos 20 países, entre los que destacan Felipe González y José
María Aznar, pero también Javier Cremades, el ex ministro de justicia español
Alberto Ruiz Gallardo, la ex comisaria de Relaciones Exteriores de la UE Benita
Ferrero-Waldner y Alfonso Valdivieso, ex fiscal general de Colombia, por tan
solo citar algunos.
Para este notorio conjunto de
juristas internacionales, las causas del encarcelamiento de López se encuentran
en “…el actual régimen
político venezolano (que) representa: un sistema que ha falseado la democracia,
violando los derechos humanos y la separación de poderes, sin independencia
judicial, sin seguridad jurídica y sin recatarse en reprimir la libertad de
prensa y cualquier otro instrumento de control del poder. Bajo la apariencia de
un Estado con Constitución, la realidad actual de la organización política
venezolana es la de un régimen populista que, al no garantizar los derechos
humanos, la división de poderes y el pluralismo político, contradice
abiertamente los principios básicos del Estado constitucional democrático.”
En el Manifiesto se considera
que, dadas las gravísimas vulneraciones de derechos cometidas durante el juicio,
ha de considerarse la sentencia radicalmente nula y por tanto los firmantes
exigen la inmediata e incondicional liberación de Leopoldo López así como de
los estudiantes condenados.
Estas voces
se unen a las de gobiernos, ex
presidentes latinoamericanos, intelectuales de distintas partes del mundo, ONG
internacionales defensoras de los derechos humanos, que todas claman por la
inmediata liberación de Leopoldo López, como consecuencia de la encomiable
campaña que a nivel mundial han llevado a cabo su esposa, Lilian, su madre, su
padre y su hermana, lo que ha hecho que Leopoldo sea reconocido y declarado la
figura emblemática de los presos de
consciencia de todo el mundo.
@fernandogerbasi
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